Según anunciado en el calendario de excursiones, el sábado 20 de Marzo, desafiando a una predicción climatológica poco favorable, el club en caminó sus pasos hacia el valle oscense de la Garcipollera.
Tras un confortador café en el albergue de Villanovilla, terminamos de recorrer el valle hasta el fondo del mismo, es decir, hasta las inmediaciones de la ermita de Iguácel. Allí aparcamos y nos dispusimos a cruzar el río Ijuez. Nuestro itinerario comenzaba en un sendero de herradura que, perfectamente trazado, nos condujo a la pista que, de haberla seguido sin abandonarla, nos habría llevado a Villanúa, pasando antes por Cenarbe.
Pero nuestra excursión era al Pico Bacún, de ahí que abandonáramos la pista para tomar el camino que, a nuestra derecha y ganando altura rápidamente, nos situaría en unos bellos parajes que, en un día despejado, nos habrían proporcionado bellos paisajes.
La nieve se iba haciendo presente conforme avanzábamos. Una pausa para tomar algo de alimento, nos permitió reagruparnos y, con el falso optimismo de tener a la vista la cima, reanudamos la marcha.
Comenzamos a echar en falta las raquetas. Lo que al principio eran manchas ocasionales de nieve, se iba confirmando como el único terreno para pisar. Los más animados prosiguieron. Muchos eligieron quedarse en una isla seca, pues era incómodo y fatigoso caminar sobre aquel firme inestable, con el agravante de que quienes no llevaban polainas iban notando la humedad que desde los tobillos se colaba a sus pies.
Finalmente, cuatro miembros de la expedición completaron el recorrido. Enhorabuena a Eugenio, Ismael, José Antonio y José Luis Zueco, que fotografió a los tres primeros junto al vértice geodésico de la cima del Bacún Sur (2114 m).
Al regreso hubo merienda en la fuente de Iguácel, fotografías de la ermita y planes de algunos para, con mejor tiempo, repetir la excursión ampliándola a otras cimas, con lo cual se convertirá en un recorrido circular.
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